My Soul is on Fire

Hoy os traigo este texto de David Cachon y las fotos de Ismael Ibáñez. Si os gusta visita su web: davidcachon.com


Algo que comenzó como una simple salida de Enduro acabó siendo toda una aventura de Freeride.

Siempre me he considerado un tipo tranquilo y sencillo, que disfruta con las cosas simples de la vida, aunque de vez en cuando no renuncio a algunos caprichos que me hacen sentir un poco más feliz. Lo que no hubiera imaginado nunca es que tras esta aventura mi carácter fuese a cambiar, creo que literalmente podría decir que mi propia alma se encuentra envuelta en fuego, tengo la sensación de que dentro de mi se encuentra una manada de caballos a punto de saltar la valla y salir al galope totalmente desbocados. Lo mejor será que os cuente la historia desde el principio.


No me lo pensé dos veces, eche mi bicicleta de Enduro al coche, prepare una buena sesión musical y compre algo para picar durante el camino. Ya conocía bien esta zona así que me dirigí rumbo a La Fenasosa, un lugar muy especial, casi mágico me atrevería a decir.


La verdadera esencia de este bikepark es la gente que lo hace funcionar, la familia Orban. El cariño que transmiten al tratar con la gente hace que en unos pocos segundos te sientas uno más de la familia, lo digo en serio, cuando pienso en La Fenasosa ya no solo pienso en los circuitos.


De repente cuando me encuentro bajando por uno de los circuitos escucho un ruido y pienso: “mierda, ya he pinchado otra vez…” Pero tras comprobar mis dos neumáticos me doy cuenta de que están perfectos. Continuo bajando, disfrutando en cada salto, en cada peralte, y de nuevo escucho el mismo ruido.


Decido arrancar de nuevo y entonces es cuando como salida de la nada una increíble bicicleta verde pasa literalmente por encima de mi. Exclamo: “Pero será ******” . Inmediatamente me lanzo, a todo lo que dan mis pedales, ladera abajo, para perseguir al sujeto que había perturbado mi ruta endurera.


La verdad es que no me resulta nada fácil atraparle, estoy cerca de el, enlazamos muy cerca unos peraltes pero al llegar a la zona de piedras comienza a sacarme bastante ventaja. El tío va muy rápido y vuela muy pero que muy bien.


Parece que se me esta escapando cuando comienza una ristra de saltos grandes, hábilmente tomo un atajo con saltos algo más asequibles y que al mismo tiempo me permiten ir mas rápido.


Finalmente consigo alcanzarle, aunque creo que ha sido por que hemos llegado al final de la bajada.


Finalmente se quita el casco, extiende su mano y me dice: “Hi I´m Tobi and you?”. Solo pude contestarle sin apartar la vista del cuadro: “bonita bici” mientras mi cerebro reconocía la cara del tipo que me había pasado por encima hacia solo unos minutos ¡era el freerider alemán Tobi Wrobel!.


Tras unas cuantas bajadas decidimos dar por terminado el día y acudir a descansar a La Fenasosa. Una ducha y una buena cena son la antesala perfecta para entablar una buena charla y someter a Tobi a un pequeño interrogatorio a cerca de la nueva Rose Soul Fire.


Creo que ha llegado la hora de ir a dormir, aunque no se si hoy pegare ojo, algo ha cambiado en mi interior, tras las bajadas con Tobi siento como algo me llama dentro de mi, algo que quema. ¿Sera la esencia de la Soul Fire? Tal vez este vídeo te saque de dudas.

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