
En esta ocasión ha sido la aldea de Tagulast el destino de veinticinco de las bicicletas donadas a la Fundación Alberto Contador. Paralelamente, gracias a la generosidad de dos contribuciones anónimas en los prolegómenos de los preparativos, entre los niños de la aldea se repartieron medio centenar de balones y de pares de zapatillas, obsequios que redondearon el ambiente festivo con el que fue recibido el convoy de Bicis para la Vida by Skoda. El viaje también ha permitido reencontrarse con algunos de los destinatarios de anteriores entregas, capaces de negociar estos últimos días las carestías de alimentos surgidas de una huelga de transportistas de la comarca gracias a sus pedaladas.
“Los rostros de alegría de todos esos niños, la felicidad que se respira en el ambiente… Es algo indescriptible. Como siempre decimos, este proyecto es una plasmación del compromiso de la Fundación con la sociedad, especialmente con los colectivos más desfavorecidos. Para nosotros este proyecto es algo maravilloso. Al final, la Fundación tiene un compromiso con la sociedad, sobre todo con los colectivos más desfavorecidos, y creemos firmemente que podemos ayudar a muchas personas tanto en España como en otros países dándoles, por un lado, un medio de transporte que además es ecológico y saludable y, por otro, una herramienta que también puede estimular su economía. Es un proyecto muy global, con muchos ámbitos de ayuda, con muchas implicaciones”, señala Paco Romero, responsable del proyecto.

Todas las personas interesadas en donar material pueden encontrar toda la información en la nueva página web del proyecto Bicis para la Vida by Skoda, donde además se puede hacer un seguimiento de la bici donada, si ha sido entregada o no y, en caso afirmativo, dónde se encuentra. Ángel López, responsable de logística del proyecto, indica al respecto: “Fundamentalmente son dos las maneras de hacernos llegar las bicicletas: una, a través de los centros de Seur, cuya fundación trabaja muy estrechamente con nosotros; basta con llevar la bici a uno de sus centros, indicando que es para el proyecto Bicis para la Vida y nos la remiten gratuitamente. Por otro, gracias al apoyo de Skoda, algunos puntos de su red de concesionarios también son centros receptores. Trabajamos con tres tipos de trazabilidad con las bicis que recibimos: las que llegan en perfecto estado, las que necesitan algún tipo de ajuste y, finalmente, las que vienen en peor estado. ¿Significa que éstas están para el desguace? En absoluto, estudiamos cómo aprovechar el material, por ejemplo para recambios”.
De cara a un futuro nuevo viaje al Alto Atlas, Paco Romero esboza una interesante iniciativa: “Contemplar los rostros de todos esos niños es algo que cuesta explicar con palabras. Pensamos que puede ser muy interesante que en una próxima entrega los donantes tengan la posibilidad de vivirlo in situ. Por eso haremos un sorteo entre todas aquellas personas que nos hayan entregado una bici para este proyecto para que nos puedan acompañar”.
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