Etapa 4: Balmaseda – Balmaseda (99,7 km)
El ciclista granadino Carlos Rodríguez igualó este domingo al vizcaíno Jonathan Castroviejo, el único corredor hasta la fecha que se había impuesto en dos ediciones de la Bizkaiko Itzulia (2004, 2005), después de controlar a todos sus rivales en la peligrosa última jornada y revalidar su triunfo en la general final. Un éxito más especial aún, toda vez que la prestigiosa prueba vizcaína celebraba la edición de sus bodas de plata.
El corredor de Almuñecar cimentó su segunda victoria en la Itzulia en la cronoescalada del segundo sector del sábado, siete kilómetros entre Trapagarán y La Arboleda. Rodríguez asaltó el jersey amarillo con una portentosa actuación que le permitió pasar a liderar la carrera saltando desde la séptima plaza. Hasta la crono, después del triunfo de la fuga en una jornada inaugural donde Rodríguez cedió 1:42, el andaluz protagonizó pequeños pasos adelante en la gestión de carrera, sostenido por un gran trabajo de sus compañeros.
Como ya sucediera en la pasada edición, Rodríguez hizo valer su fortaleza en la lucha contra el reloj para ascender a un liderato que pudo defender durante la última etapa sin excesivos problemas. En los casi 100 kilómetros con salida y llegada en Balmaseda, la etapa orográficamente más complicada, el factor equipo descargó de presión a un Rodríguez que no dudó en pasar al ataque en la última subida a Beci. En la meta, donde se impuso el británico Oliver Rees, Rodríguez acabaría tercero.

Guillermo Gutiérrez, director del Kometa Cycling Team: “La valoración es muy positiva. Evidentemente Carlos ha hecho un trabajo excepcional y ha sabido jugar sus bazas, pero no hubiera sido posible sin toda la labor de sus compañeros. Tanto durante la segunda etapa como en el primer sector de la tercera hicieron un trabajo espectacular. El segundo día, camino de Markina, se metieron Javi Serrano y Francesc Bennassar en la fuga y posteriormente Carlos atacó desde atrás, alcanzó la cabeza de carrera y los tres hicieron un trabajo sensacional. Sin esa labor, esto no hubiera sido posible. En la Itzulia había varios equipos muy potentes, como el HTM Condor o el Zappi británicos, el Bairrada portugués, el Bathco,… Los portugueses tenían tres corredores entre los quince primeros, por ejemplo; había que vigilar muchas ruedas. La premisa para el último día era controlar las fugas y evitar que se metiera gente peligrosa. Juanjo Rosal ha estado espectacular”.
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