
Entre treinta y cuarenta asistentes de promedio han tomado parte anualmente en las pasadas ediciones de la iniciativa; e incluso algunos jóvenes, como el granadino Alejandro Ropero, han acudido en dos ocasiones tras no ser elegido a la primera. “Más allá de que seas seleccionado o no, desde luego es una experiencia que le recomiendo a todo el mundo, es una de esas experiencias que no se olvidan, única. Por suerte, o por desgracia (risas) pude ir dos veces. Y esos dos años en Zaragoza me lo pasé genial”, explica el corredor andaluz hoy en día en el equipo sub23 del Kometa Cycling Team.

El ciclista de Otura, segundo en la general final de la Copa de España 2019 y ganador de la primera etapa de la exigente Vuelta al Bidasoa, tuvo la oportunidad de correr en calidad de stagiaire en las filas del Kometa Cycling Team continental toda una Vuelta a Burgos en agosto de 2018.
“El Campus es uno de los pilares del proyecto deportivo de la Fundación; es la mejor herramienta que tenemos de detectar ciclistas. Hasta ahora nos ha dado muy buenos resultados. Es una idea muy novedosa en la cual no solo buscamos el potencial deportivo del ciclista, sino que se valora también un aspecto más personal y social de los chicos, cómo son o cómo se relacionan entre ellos, buscando perfiles de personalidad adecuados a nuestra idea de proyecto y de equipo”, resumía de cara a la pasada edición Félix García Casas, Mánager Deportivo de la Fundación; unas palabras que siguen siendo perfectamente válidas. “Con el paso del tiempo se ha ido desechando la idea de que hacemos pruebas de nivel, pruebas físicas. Para eso ya tenemos su palmarés deportivo. En estas edades tan tempranas muchas veces lo que hay que buscar es chavales comprometidos, con ganas, que apuesten por un proyecto y que empiecen a tener una idea o un objetivo de ser ciclista. Y que quieran iniciar un proceso de formación y de progreso con nosotros”.
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