Es la prueba más dura y multitudinaria de ciclismo en circuito permanente.
A la búsqueda del poker de victorias. Después de ganar en Le Mans (2019), Paul Ricard (2021) y las 24 horas de Castelli (2022) en Italia, ahora la ultraciclista María José Silvestre acepta el reto de ir al circuito de Nurburgring a disputar las 24 horas de ciclismo Rad am Ring.
La carrera se desarrolla a lo largo de los 26 kilómetros que combinan el circuito de Gran Premio con el clásico “Nordschleife” el trazado más largo del Mundo. Cuenta con 90 curvas y ascensos al 17% combinados con bajadas cercanas a los 100km/h. Silvestre reconoce que “es un circuito imposible de memorizar y me enfrento a una situación completamente desconocida donde la referencia en kilómetros no es tan importante pues es una carrera de potencia”.
El último fin de semana de Julio los aficionados al ultraciclismo se dan cita en Nürburgring (conocido como el Infierno Verde) en una carrera multitudinaria. La prueba se disputa por equipos en relevos, pero también tiene una gran participación entre los ciclistas solitarios. Son más de 600 estos “valientes” (entre unos 5.000 participantes) y la ciclista española sabe que “me enfrento a 68 mujeres con más experiencia que yo en este circuito tan especial”.
Nürburgring sede del primer mundial de ciclismo en 1927
A pesar de ser un trazado emblemático para el mundo del motor la historia del circuito de Nürburgring tiene una gran relación con el ciclismo. El primer Campeonato del Mundo se disputó en Julio de 1927, un mes después de la inauguración. El italiano Alfredo Binda fue el vencedor de ese primer título mundial. El mismo escenario se repitió en 1966 con la victoria del alemán Rudi Altig se impuso a las dos estrellas francesas Jacques Anquetil y Raymon Poulidor.
El circuito tiene más de 500 metros de desnivel y el cálculo de Silvestre para el resultado final estará entre “18 y 20 vueltas para luchar por la victoria”
Condiciones muy duras
La ciclista es consciente de que las condiciones para esta carrera “acostumbran a ser muy duras”. La diferencia entre la noche y el día llega a ser de más de 17 gradeos de temperatura. A pesar de ser verano no es extraño ver la presencia de la lluvia “sé que un año llovió torrencialmente incluso llego a granizar, pero le peor será rodar de noche donde se junta el cansancio, la gran velocidad en las bajadas y la oscuridad en una pista que está sumergida en el bosque de Eiffel”.
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