Figuras, pirámides y tótems: así ha sido la evolución del ciclismo femenino español

En menos de medio siglo, las corredoras españolas han creado todo un pelotón. Las figuras individuales han dado paso al nacimiento de equipos y carreras que garantizan el futuro a largo plazo.

Pioneras como Mercedes Ateca o Joane Somarriba fueron esenciales en el crecimiento del ciclismo femenino español, que hoy trabaja tanto la élite como la base mejor que nunca.

“¡A barrer!”, era el grito de ignorancia que recibían las ciclistas del primer equipo ciclista femenino profesional cuando, ante la ausencia de un calendario propio, se alineaban en pruebas cadetes masculinas. “¡A barrer!”, porque eran los años 80 y por aquel entonces las barridas eran ellas, ninguneadas históricamente por una sociedad de hombres que, gracias a ellas, abrió los ojos y la mente hasta llegar al estatus actual en el cual el crecimiento del ciclismo femenino es imparable.

Aquel equipo profesional pionero era el Orbea - Etxeondo, encabezado en 1985 por ciclistas como Iosune Gorostidi y ligado al Seat - Orbea de ‘Perico’ Delgado y Pello Ruiz Cabestany, con el que incluso compartía concentraciones. La escena femenina nacional estaba todavía configurándose: el primer Campeonato de España como tal se había celebrado en 1979 en Zaragoza, con victoria para la cántabra Mercedes Ateca, pionera por cuya casa pasará la penúltima etapa de La Vuelta Femenina by Carrefour.es. Ella y la catalana Monserrat Torres fueron, en Colonia 1978, las primeras españolas participantes en un Campeonato del Mundo.

El tótem Orbea - Etxeondo permitió a sus ciclistas competir con regularidad en Francia, frecuentando escenarios del prestigio del Tour de l’Aude, y vivir de la bicicleta. Pero, sobre todo, contribuyó a abrir el camino que luego hollaron figuras como Dori Ruano, campeona del mundo de Puntuación en la pista; Marga Fullana, bronce olímpico en ‘mountain bike’; o Joane Somarriba, la mejor ciclista española de la historia con dos victorias en el Giro Donne, tres en la Grande Boucle (análogo femenino del Tour de Francia en aquella época) y una en el Campeonato del Mundo CRI. Fue alrededor de Somarriba que se construyó otro de los grandes tótems del ciclismo femenino español: el equipo Bizkaia - Durango.

Cuando Somarriba quiso profesionalizarse por primera vez, hubo de hacer las maletas. En España sólo existían equipos pequeños, como el Saunier Duval de Noja o el Valencia Terra i Mar, y los esfuerzos de la federación por llevar una selección nacional a pruebas puntuales. Las mejores escuadras estaban en Italia y ahí que se fue Somarriba junto a Fatima Blázquez, otra figura, a integrarse en el Alfa Lum, donde durante tres temporadas labró un estatus de estrella a base de victorias. Su aura fue esencial para la creación de un equipo patrocinado por el diario vasco Deia que compitió en la campaña 2002. Fue entonces que Somarriba unió fuerzas con la Sociedad Ciclista Duranguesa de Juan María Balier y Jon Elorriaga.

He ahí la génesis de una historia que continúa añadiendo capítulos. El primer Bizkaia - Spiuk - Sabeco se estrenó en el verano de 2003 con un triunfo en la Grande Boucle y el oro mundialista, ambos a cargo de Somarriba. Cuando la ciclista vizcaína se retiró, la escuadra continuó formando y disfrutando de referentes como la sueca Emma Johansson o la actual seleccionadora nacional Gema Pascual. Hoy día afronta con la denominación Bizkaia - Durango su vigésima campaña completa como conjunto UCI, con la medallista europea en pista Eukene Larrarte como ciclista más destacada y La Vuelta Femenina by Carrefour.es como gran objetivo de la temporada.

Durante casi una década, Bizkaia - Durango mantuvo vivo a un ciclismo femenino español que, en un contexto de crisis económica general, sufría para continuar a flote. Igualmente esencial en ese período fue el Lointek de la Sociedad Ciclista Ugeraga de Sopela; otro tótem con sede en Vizcaya que, nacido en 2009, continúa vivo a día de hoy con la denominación Sopela Women’s Team. En él hubiera competido esta temporada la llorada Estela Domínguez de no haber fallecido atropellada este mes de enero. La primera corredora que holle la cima de los Lagos de Covadonga en la última etapa de La Vuelta Femenina by Carrefour.es se llevará el Premio Estela Domínguez, instaurado en honor.

Bizkaia y Lointek, Lointek y Bizkaia, fueron las grandes fábricas de talento del ciclismo español durante la pasada década; talentos que hacían sus pinitos en las pruebas de Copa de España que ambos equipos se disputaban en un práctico mano a mano. Gracias a ellos hicieron carrera Eneritz Iturriaga, Belén López, Ane Santesteban, Anna Sanchis o Sheyla Gutiérrez. Y fue en ellos que pescó Abarca Sports cuando, en 2018, creó el primer gran equipo femenino español: Movistar Team. De Bizkaia ficharon a Mavi García, Lorena Llamas y Lourdes Oyarbide; de Lointek, a Alicia González, Eider Merino, Gloria Rodríguez y Alba Teruel.

La mejor señal de la buena salud del ciclismo femenino español es que, al aliento de las figuras como Somarriba, Ruano o Fullana y alrededor de los tótems Movistar Team, Bizkaia - Durango y Sopela, ha nacido la pirámide. Hay 33 días de competición de categoría UCI para ciclistas profesionales y semiprofesionales, más que nunca; existe una Copa de España vigorosa que bate récords de participación en categoría cadete y juvenil; y también ligas territoriales e interterritoriales que permiten a las jóvenes corredoras dar sus primeras pedaladas con dorsal cerca de casa y soñar con imitar a esas heroínas que, ahora sí, pueden ver regularmente en televisión.

La mayoría de los equipos españoles que participarán en La Vuelta Femenina by Carrefour.es trabajan la base, además de la élite, con conjuntos de desarrollo para ciclistas ‘amateur’ que desean formarse para ser profesionales o equipos de categorías inferiores. Mención especial merece el Cantabria Deporte – Río Miera del Club Ciclista Meruelo, cuyas escuelas trabajan cada año con más de medio centenar de chicas.

Foto: © Unipublic / Lino Escuris

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