La pasada semana introducía un nuevo tema en la NAVAJA y empezaba a hablar de una nueva vía metabólica que me gusta identificar como tu “KERS”. Hoy voy a profundizar algo más en los motivos de utilizar este símil e introducirme un poco en su funcionamiento:
El sustrato energético es distinto, por eso le llamo “batería”. En esfuerzos tan cortos e intensos como hablábamos ya en el último fascículo (ej.: un sprint de 10 segundos) tus músculos van a utilizar como sustrato primeramente el ATP celular, que va a durar un instante, y luego la fosfocreatina (FC) que acumula tus músculos. Utilizo el símil con el KERS de los Fórmula 1 porque trabaja de una forma semejante, la batería del coche de carreras recupera la carga con cada frenada mientras que tu hígado va a reponer tus depósitos de FC también en poco tiempo sin que tengas que hacer nada.
En el símil hablo de un motor suplementario, el KERS de los F1, ¿por qué? Tiene también sentido muscularmente porque entran en acción las llamadas fibras rápidas o fibras blancas que al igual que su depósito energético específico, la batería, son capaces de entregar una gran potencia en poco tiempo pero entran en fatiga rápidamente. Genéticamente un velocista tiene mayor porcentaje de este tipo de fibras musculares… recuerdas que ya hemos hablado de los atletas Jamaicanos?
En cuanto al entrenamiento específico, te estoy hablando de un estímulo concreto… no debes pensar que solo te interesa entrenar con este “motor” si quieres mejorar tu sprint. ¿Te acuerdas del “equipo de mecánicos” de los que te hablé hace unos cuantos fascículos? (fascículos 9 a 12) Haciendo trabajar tu “KERS” en tu entrenamiento podemos esperar que al bajar la persiana del taller se vayan a poner a trabajar en este motor y en su batería, pero también en las transmisiones, en la gestión electrónica… en fin, cuantas cosas se te ocurran dentro de nuestro símil mecánico, pero que las puedes traducir en un lote de reacciones metabólicas a nivel hormonal y enzimático que van a afectar a tu organismo desde el sistema nervioso hasta el músculo esquelético.
En lo tocante a la recuperación, este tipo de entrenamientos no dejan mucha fatiga metabólica pero estamos trabajando muscularmente con fibras diferente a las habituales y el sustrato utilizado también es diferente… por tanto la recuperación tendrá también matices con respecto a la recuperación de un entrenamiento de fondo.
Sigo contándote más sobre tu “KERS” en el próximo fascículo y profundizando sobre estos puntos que te acabo de introducir y cómo podemos estimular su mejora mediante el entrenamiento.
¡Nos leemos aquí y nos saludamos en la carretera!
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