LA NAVAJA DE BOTIS. Fascículo 17: ¿cómo mejoramos tu motor eléctrico?

Voy esta semana con una parte práctica de esas que más te gustan normalmente. Trataré de contarte algún modo sencillo de mejorar una parte de tu organismo trabajando esta vía metabólica de la que estamos hablando las últimas semanas: la vía de los fosfágenos… tu “motor KERS”.

Te recordaré siempre que tratemos de llevar a la práctica lo que te expongo aquí aquellos fascículos (nº 9 a 12) en los que hablamos de tu “equipo de mecánicos” y en los que te contaba como tu organismo mantiene el equilibrio entre estrés y recuperación y de las estrategias para ir haciendo mejorar tu “maquinaria”.

Recuerda también que la pasada semana introducíamos el novedoso concepto de “reserva funcional” que puede revolucionar muchas áreas del conocimiento sobre rendimiento deportivo pero a mi entender no hace perder vigencia a estudios clásicos que se vienen utilizando en el entrenamiento durante décadas… y además encaja a la perfección en el símil “motorístico” que utilizo contigo en esta serie de fascículos.

El caso es que allá por 1987 Hultman y colaboradores analizaron cómo era la tasa de resíntesis de fosfágeno muscular luego de un sprint máximo y encontraron que la “batería de tu KERS” volvía a estar al 100% tras unos 180 segundos. ¿Cómo te afecta esto? Vamos por partes:

1. Para que tus “mecánicos” entiendan que necesitas una “batería” más grande y se pongan manos a la obra cuando les “bajes la persiana del taller” tienes que vaciarla muchas veces durante un entrenamiento.

2. Ahora sabemos gracias a David Morales que esta “batería” no podemos vaciarla por completo, tal como te conté en el último fascículo.

3. El mensaje que reciben “tus mecánicos” es el mismo: necesitas una “batería” más grande porque has hecho que llegase al límite que tu organismo le tiene marcado como <seguro>.

4. Ya en la concepción clásica se venía entendiendo que el deportista no es capaz de vaciar los depósitos de fosfocreatina en un sólo esfuerzo por la incapacidad de seguir generando fuerza a esa intensidad más allá de los 12 - 15 segundos.


Sabemos que la “batería” vuelve a estar al 100% a los 180¨ pero, como se ve en la gráfica no se recarga de forma homogénea si no que en el primer minuto habrá alcanzado ya el 75% de su carga. Esto tiene sentido si lo ponemos en relación con el concepto de “reserva funcional” y esa urgencia del organismo por alejarse de ese límite al que lo llevamos con los estímulos del entrenamiento, siempre que estos sean correctos.

Pues bien. Si en 60¨ de recuperación restan por reponer el 25% de los depósitos de fosfocreatina (la carga de tu “batería”) y en ese momento realizas otro sprint máximo en el que vuelvas a vaciar todo cuanto voluntariamente puedes estos depósitos y repites otras dos veces más… 25 + 25 + 25 + 25 = 100%, y habrás vaciado la “batería” lo máximo de lo que eres capaz para que “tus mecánicos” reciban el mensaje que les querías enviar.

¡Ojo! Esto dentro de un contexto. Por ejemplo: sin un trabajo previo donde te vayas aproximando a este estímulo y trabajando la capacidad de mover la máxima potencia en esos +- 10” la señal que envíes a los “mecánicos” será totalmente distinta… PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD, ¿Recuerdas? Si te interesa incluir algún estímulo de este tipo en tus entrenamientos de forma eficiente y no sabes como llevar a cabo este proceso, escribe sin dudarlo al contracto que te dejo abajo… podemos ampliar más detalles y si vemos que nos resulta útil lo compartiremos en un nuevo fascículo tus aportaciones.

¡Nos leemos aquí y nos saludamos en la carretera!

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