Hablábamos en el último fascículo de las “recetas” de entrenamiento, esas llaves mágicas que tratan de convertir el proceso de entrenamiento en algo sencillo que se puede “cocinar” a base de X segundos a una determinada intensidad, como cuando Arguiñano mete un pollo en el horno. Pero ni tú eres un pollo ni todos tenemos el mismo horno.
Queda súper chulo y el efecto comercial es brutal cuando explicamos un modo de trabajo concreto, la forma de ponerlo en práctica y las adaptaciones que produce, y si encima acompañamos lo que contamos con datos de algún estudio académico ya es lo más.
Ya te conté el último día aquí que John Keily pudo demostrar que no vamos a poder prever nunca las adaptaciones de un entrenamiento concreto para un individuo determinado. Pero además encontramos un lote de factores a tener en cuenta como el momento de la temporada, la técnica de ejecución o la intención de esfuerzo. Dos ejemplos:
El trabajo interumbrales. Si trabajas por potencia V3 de Coogan, Z2 de Pallarés, etc. Cuarenta minutos o una hora a esa intensidad mejoran la capacidad aeróbica, la capacidad de recuperación, etc… si lo hace un deportista que está empezando la temporada te reportará una percepción de esfuerzo altísima, le dejará una enorme fatiga y las adaptaciones que va a lograr se parecerán en poco a las que “dice el libro”.
Series 30¨ON/30¨OFF. Son las mejores para aumentar tu capacidad máxima de utilización de oxígeno, y será importantísimo controlar los vatios para ser capaz de mantener la intensidad en los últimos intervalos ON. Pues depende… si lo haces así vas a conseguir la máxima carga muscular desde el primero hasta el último con una gran carga glucolítica, pero si lo que buscas es mejorar ese VO2Máx podría ser más recomendable forzar a tope desde la primera aunque la potencia decaiga en las últimas ya que llegará antes a ese punto máximo de consumo de oxígeno. ¿Que cómo puedes detectarlo? Es facil: cuando llevas la boca abierta y te cuelgan las babas y los mocos por la cara… ¡Ahí es!
Cualquier entrenamiento siempre deja adaptaciones, y es conveniente que los estímulos sean variados para trabajar cuantas más capacidades mejor pero no podemos afirmar cuál va a ser el resultado de la “receta” que utilices. En este sentido es paradigmático el trabajo de Daniel Boullosa que te dejo en el link. Comprobaron mediante un meta-análisis que series muy cortas (10¨) y máximas (sSIT) producía muchas más adaptaciones de las que los “libros” les atribuían.
Dejo abajo el link por si quieres echa un ojo porque es un tipo de trabajo que se muestra muy eficiente y requiere de sesiones de entrenamiento cortas, algo que ahora en vacaciones con los cambios de rutina diaria, por ejemplo, puede resultar de ayuda. Espero que te resulte interesante y no te olvides:
¡Nos leemos aquí y nos saludamos en la carretera!
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| Foto: www.psicologosencolladovillalba.es |
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