Seguimos tratando de crear hábitos saludables consistentes de cara al invierno, que parece no querer llegar este año, y vamos ya hacia el tercer paso. Recuerda que te estoy haciendo un resumen de las ideas que plasma James Clear en “Hábitos atómicos”, lectura plenamente recomendable.
¿Cómo te está yendo con los dos primeros pasos? Te estoy poniendo el ejemplo de incluir una hora de rodillo en casa pensando en el mal tiempo pero ya sabes que puedes extrapolar lo que aquí hablemos a cualquier otra rutina que te interesa incorporar a tu día a día… ¿Has encontrado el modo de hacerlo evidente? ¿Y de hacerlo atractivo? ¿Has encontrado esa rutina que te aporte las sinergias necesarias para no perder adherencia a tu hora de rodillo?
Si las respuestas son afirmativas vamos a por el tercer peldaño: ¡Hacerlo fácil!
Para hacer fácil nuestro nuevo hábito lo que tenemos que hacer en este paso será eliminar las posibles fricciones que nos dificultan repetirlo diariamente. Es sencillo de explicar: coger la bici, montar el rodillo, ir a por la ropa, poner la zapatillas… ¿donde c… he dejado el Garmin?... todo eso son fricciones.
Si ves una de las imágenes que usan los comerciales de marcas de rodillo y softwares de entrenamiento como la que acompaña estas líneas pueda que te de la risa. Claro, a todos nos gustaría tener un ámplio salón donde poder dedicar unos cuantos metros a montar un rodillo inteligente delante de un gran plasma. Pero lo más seguro es que no vivas sola ni solo y probablemente tengas poco espacio o incluso tengas el rodillo en un garaje o un trastero.
No te preocupes, esto es A NAVALLA DE BOTIS y planteamos las cosas de forma sencilla y sin fliparnos. Tú solo piensa, dentro de tus circunstancias, cuánto tiempo dedicas a sacar el rodillo del armario, colocar la bici, poner la ropa, ir a por la zapatillas… jo… ¡la toalla! ¿A que se te están quitando las ganas de rodillo solo con leer estas líneas?
A lo mejor en tu casa no puedes dejar todo listo, o sí… antes de ir a trabajar. Colocar el rodillo, la bici, la ropa y las zapatillas (o dejar quizás alguna cosa lista de la noche anterior) y así hacer que cuando llegues de vuelta a casa tengas un “letrero luminoso” anunciando que ¡ahora si! ¡Vas a alcanzar tus propósitos! ¡Estás haciendo un gran trabajo! Te diré más, es probable que ya salgas de casa por la mañana con esa sensación agradable y pueda que ese pequeño hábito haya hecho ya que tu día comience un poco mejor y todo parezca más fácil.
Es posible que estés trabajando otra rutina que no sea el rodillo, pues bien, tal como te cuento todo lo que te digo en estas líneas es aplicable a cualquier otra tarea. Quédate con la idea de eliminar fricciones, todos esos pequeños frenos que te mantienen alejado de tu propósito, Algunos serán inevitables, pero seguro que vas a poder con muchos otros.
¡Anímate a probar y seguimos en el siguiente fascículo!
¡Nos leemos aquí y nos saludamos en la carretera!
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