Para entrar en materia vamos a ver qué es eso del nivel de activación mental y cómo te afecta.
Estamos hablando de una respuesta de tu organismo a tres niveles: fisiológico, conductual y mental. Quédate con esto.
“Uno para gobernarlos a todos”, escribía Tolkien, pues pueda que el nivel mental tenga el control total aquí. Por otra banda la activación podrá ser positiva y negativa pero la respuesta ante una misma situación será diferente según la persona que se tenga que enfrentar a ella o incluso según el día o el momento, tratándose de la misma persona, dependiendo de la imagen mental que tenga de esa situación, y esto es algo que vas a poder trabajar por tí mísmo.
Aquí hay que aclarar que una activación negativa o positiva no será beneficiosa o perjudicial per se. Puedes imaginar que funciona como un termostato de una caldera donde debes mantener una temperatura media: con una temperatura baja la caldera no cumplirá su función y si es muy alta fallará la válvula de presión y dejará de funcionar.
“En el término medio está la virtud”, Aristóteles.
Obviamente por la duración de muchas pruebas ciclistas habrá muy pocos deportes donde el nivel de activación tenga tal necesidad de ser modulado a lo largo de la competición. Tan perjudicial puede ser que lleves una activación excesiva en un momento de transición y calma en el pelotón como ir demasiado relajado en momentos de tensión.
¿Cómo determinamos tu nivel de activación?
Lleva tiempo, es un trabajo constante de observación y evaluación de los tres nievels que te he expuesto más arriba:
A nivel fisiológico deber observar “cómo estoy antes de una carrera”. Párate a observarte y calcula tu frecuencia cardiaca sin mirar el pulsómetro. Comprueba si tus sensaciones se corresponden con el número de la pantalla.
A nivel conductual pregúntate “¿Qué hago?, obsérvate. Seguro que habrás visto algún compañero o rival que antes de tomar la salida actúa de forma distinta, que se comporta de modo errático o grita continuamente en vez se hablar… ¿qué pasa contigo? ¿Te has observado alguna vez?
El autodiálogo va a ser fundamental. “¿Cómo me hablo?” Será una herramienta fundamental para evaluar tus pensamientos.
Debes observar y evaluar de forma constante a estos tres niveles. Toma buena nota de tu respiración, de tu forma de hablar y de comportarte con tus compañeros o de tus emociones y ponle nota. Esto último es más fácil, en toda tu vida académica has sido evaluado en una escala de 0 a 10, ahora cuando valoras un producto en Amazon te dan esa misma escala partida por la mitad en forma de estrellas. Pues eso mismo, pon un número de 1 a 10 a tu estado de activación valorando estos tres niveles donde 1 sería estar totalmente relajado y el 10 un estado vinculado al pánico o la ira.
Una vez que puedas valorar en cada momento en qué punte de la escala te encuentras será hora de buscar tu punto de activación ideal, tu estado de flow, el número sobre el que debes colocar la aguja de tu termostato para que la temperatura y presión en tu caldera sean idóneas.
En el próximo fascículo hablaremos de cómo devolver la aguja a ese punto en el momento que tú lo decidas, ya sea hacia arriba o hacia abajo.
¡Nos leemos aquí y nos saludamos en la carretera!
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